miércoles, 7 de marzo de 2012

Mensaje de los Obispos del Arzobispado de Puebla con ocasión del Día Internacional de la Mujer 2012

Amigas y amigos:


El 8 de marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer, fecha que nos invita a tomar cada vez mayor conciencia de la grandeza y dignidad de todas las mujeres, a fin de reconocer, respetar, promover y defender la vida y los derechos de cada una de ellas, favoreciendo un desarrollo integral del que ninguna quede excluida.


El lema elegido por la Organización de las Naciones Unidas para este 2012 es “Habilitar a la mujer campesina-Acabar con el hambre y la pobreza”. La misma institución señala que “las mujeres rurales representan un papel fundamental en las economías tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados, pues contribuyen al progreso agrícola, mejoran la seguridad alimentaria y ayudan a reducir los niveles de pobreza en sus comunidades”[1].


No obstante, la ONU advierte que la desigualdad entre los géneros y el acceso limitado al crédito, la salud y la educación son las principales dificultades que afrontan las mujeres rurales. Se calcula, por ejemplo, que el 60% de las personas con hambre crónica son mujeres y niñas.


Frente a esta dramática situación, es preciso que mujeres y hombres asumamos “con realismo, confianza y esperanza las nuevas responsabilidades que nos reclama un mundo que necesita una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores de fondo”[2], como ha señalado el Papa Benedicto XVI, cuya visita a México aguardamos con fe, esperanza y amor,


Dejándonos guiar por la verdad podremos comprender la reciprocidad entre varón y mujer para entender y promover la totalidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios (cfr. Gn 1,27), teniendo presente que “no hay desarrollo pleno ni un bien común universal sin el bien espiritual y moral de las personas, consideradas en su totalidad de alma y cuerpo”[3].


En la creación de una cultura en la que cada mujer sea reconocida, respetada y promovida, es indispensable que las mujeres valoren su propia identidad, se respeten así mismas y vivan an plenitud su femineidad, y que los hombres valoremos y respetemos a todas las mujeres.


Ojalá todos hagamos algo para que realmente este día Internacional de la Mujer sea un paso adelante en la defensa de la dignidad y derechos de las mujeres, especialmente de la mujer campesina, y así acabar con el hambre y la pobreza que muchas de ellas padecen.


+ Víctor Sánchez Espinosa
Arzobispo de Puebla


+ Dagoberto Sosa Arriaga                   + Eugenio Lira Rugarcía
                    Obispo Auxiliar y Vicario General         Obispo Auxiliar y Vicario General



[1] www.un.org


[2] Caritas in veritate, n. 42.


[3] Ibíd., n. 76.