jueves, 23 de febrero de 2012

León Guanajuato ultima los detalles de la visita

Mons. José Guadalupe Martín Rábago Arzobispo de León Guanajuato concedió una entrevista telefónica a Radio Vaticano para hablar sobre los avances en los preparativos de la Visita del Papa Benedicto XVI a México.

"Juntos en la Esperanza, discípulos de Jesús": El Papa regresa

A 29 días de la visita del Papa Benedicto XVI a México Radio Vaticana entrevisto a Mons. Carlos Aguiar Retes Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Da clic aqui para escuchar la entrevista en español y leer la nota desde la página de Radio Vaticana

Cuaresma: estar atentos a Dios y a los demás. Mensaje de Mons. Rodrigo Aguilar Martínez Obispo de Tehuacán

Mons. Rodrigo Aguilar Martínez. Obispo de Tehuacán
Hemos sido creados “a imagen y semejanza de Dios” (cf. Génesis 1,26), como obra maestra de la creación. No hay otro ser en la creación con tantas capacidades y posibilidades: somos conscientes de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, sentimientos, afectos; tenemos capacidad de comunicarnos y de establecer relación profunda; capaces de grandes ideales. Pero se nos han concedido los dones “en semilla”, para hacerlos fructificar paulatinamente, en el ejercicio de nuestra libertad y responsabilidad y con la ayuda mutua.


La cuaresma nos hace recapacitar que con frecuencia olvidamos y distorsionamos este proyecto divino; pero Dios sigue siendo fiel en su amor, dándonos a su Hijo, quien muere en la cruz y resucita para darnos vida.


La cuaresma nos mueve a volver a Cristo Jesús con un corazón renovado, lo que implica también volver a los demás con nueva mentalidad, con nuevas actitudes.


El Papa Benedicto XVI, en su mensaje para la cuaresma de este año 2012, nos invita a reflexionar y actuar “sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad”, recordándonos las sabias palabras del Papa Pablo VI: “El mundo está enfermo. Su mal está menos en la dilapidación de los recursos y en el acaparamiento por parte de algunos que en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos”. Efectivamente, aunque se han disparado las enormes diferencias entre muchos que viven en la pobreza degradante y otros que viven en la opulencia, la mayor pobreza es la falta de trato humano y de amor, como lo dice también la Madre Teresa de Calcuta; esta falta de fraternidad humana lleva a grandes desastres, al encerrarnos en nosotros mismos y en nuestros mezquinos intereses, insensibles a las necesidades de quienes nos rodean.


El Papa Benedicto XVI nos hace ver que “la Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazón endurecido por una especie de «anestesia espiritual» que nos deja ciegos ante los sufrimientos de los demás.”


Invito a leer íntegro el mensaje cuaresmal del Papa Benedicto XVI, muy luminoso, accesible y comprometedor. Si usted tiene acceso a internet, ofrezca copias del mensaje a otras personas. Desarrollando el texto de la carta a los Hebreos 10,24: “Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras”, el Papa nos motiva a estar muy atentos unos con otros y a estimularnos mutuamente en el servicio y las buenas obras. “La responsabilidad para con el prójimo –dice el Papa- significa querer y hacer el bien del otro, deseando que también él se abra a la lógica del bien; interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades… La atención recíproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor… Lamentablemente, siempre está presente la tentación de la tibieza, de sofocar el Espíritu, de negarse a «comerciar con los talentos» que se nos han dado para nuestro bien y el de los demás (cf. Mt 25,25ss). Todos hemos recibido riquezas espirituales o materiales útiles para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y la salvación personal (cf. Lc 12,21b; 1 Tm 6,18). Los maestros de espiritualidad recuerdan que, en la vida de fe, quien no avanza, retrocede.”


El Papa nos urge a una singular competencia, que no es destructiva sino totalmente constructiva: “a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras (cf. Hb 6,10)” con el criterio de san Pablo: “Que cada cual estime a los otros más que a sí mismo” (Rm 12,10). Los santos son ejemplares en el ejercicio de esta actitud. Si esto se cultiva en la atmósfera familiar, será más fácil realizarlo también en la sociedad. Es una delicia ver cómo los niños se entusiasman con la alegría de ser útiles, pues se sienten tomados en cuenta, valorados, y con ello importantes y valiosos. La cuaresma es tiempo favorable para que la familia viva la sana competencia de la caridad, el servicio y las buenas obras. Sin olvidar que al estar atentos a los demás, estemos atentos a Dios.




+ Rodrigo Aguilar Martínez
Obispo de Tehuacán