jueves, 27 de mayo de 2010

De "Perdidos" al Cielo. La serie que ha mantenido en vilo a millones de espectadores se cerró con una lectura católica

La eternidad aguarda a los personajes al otro lado de una capilla (en realidad, la del colegio del Sagrado Corazón de Oahu, en Hawái)

DIARIO LA RAZON, España
26 Mayo 10 - Mar Velasco/Pablo Ginés

La serie se ha revelado más espiritual que materialista y ha optado por responder a los grandes interrogantes.

Madrid - Dicen que hay dos tipos de fans de «Perdidos»: los que creen que su valor está en la trama y los que creen que reside en sus personajes. Para los primeros, el final de la serie ha sido, en cierto modo, decepcionante. Sí, los guionistas podrían haber resuelto las muchas incógnitas que quedaban (y quedarán) por resolver. Sin embargo, para los segundos, el cierre ha sido un broche de oro. Porque lo esencial, lo que atañe al corazón del ser humano, al significado y al valor de su vida y a su capacidad para ser «salvados», sí ha quedado resuelto. En el momento crucial de la vida, el «hombre de fe» supera al «hombre de ciencia». La trascendencia se abre paso y, a pesar de cierto sincretismo y del homenaje a todos los credos (la vidriera con símbolos de todas las religiones), lo hace en clave cristiana. No en vano la figura del Resucitado aguarda a los «perdidos» cuando están a punto de alcanzar la plenitud que se encuentra al otro lado de una capilla específicamente católica.

REDENCIÓN
La palabra «redención» viene del latín «redemptio», que significa «rescate». La isla es un lugar físico, real (así se explica en este último capítulo), en el que los personajes «son rescatados» de sus frustraciones y de su pasado, aunque el precio que tengan que pagar sea la entrega de su propia vida (Locke, Jack). En el cristianismo, esta «isla» es nuestro mundo físico, en el que peregrinamos los hombres y en el que Jesucristo «redime» en el acto de su entrega en la cruz.


PURGATORIO
La última temporada se ha caracterizado por la creación de lo que se pensaba que era una «realidad paralela» y que finalmente se ha revelado como un «purgatorio», donde cada uno «re-creaba» la vida que hubiera deseado vivir en el mundo: Jack es un buen hijo y un buen padre; Kate es inocente; Sawyer es un policía bueno, Benjamin es un cariñoso profesor... Cuando se «reconocen» entre ellos y descubren que están en este «purgatorio», para algunos se abre la puerta de la resurrección y la eternidad (la «Luz» al otro lado de la capilla), mientras que otros deben seguir «purgando» porque todavía les quedan asuntos por resolver (Ben, Eloise, Ana Lucía...). Esta idea es más cristiana que budista: mientras que en el «bardo» budista se habla de un estado intermedio en el que la conciencia crea una ilusión «mala» de la que hay que liberarse, en la serie este proceso es «bueno» y «sanador».


AMOR Y PERDÓN
El amor no sólo entendido como «eros», el amor posesivo, sino como «agapé», el amor que busca el bien del otro: «Jack, espero que alguien haga por ti lo que tú has hecho por mí», dice Locke en el momento de mayor entrega. El perdón es otra de las claves de este final, que se impone en una de las escenas más poderosas de toda la serie: Locke, que ha sido asesinado por Ben, se encuentra con él poco antes de ir a la eternidad: «John, siento de veras lo que te hice: fui egoísta y celoso, quería todo lo que tú tenías». Locke contesta: «Por si te sirve, Ben, yo te perdono». «Gracias, John. Eso me ayuda. Y me sirve mucho más de lo que puedas imaginar».


SACRIFICIO
«Nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por sus amigos», dice Jesús (Jn 15, 13). Jack ofrece su vida para salvar a los demás. Él, que nunca creyó en las propiedades de la isla, termina por comprender a otro amigo, Locke, que tuvo que morir para mostrarle el camino. Un sacrificio que, al final, adquiere todo su valor y sentido. El sacrificio también de Desmond, el personaje que nos lleva de la mano por el buen camino: «Nos vemos en otra vida, hermano».


«Galáctica», otra serie de fe
«Perdidos» ha seguido las huellas de otra serie de culto de ciencia ficción, «Galáctica», que emitió sus 83 capítulos en canales de pago de 2003 a 2009. También los espectadores de esta serie tuvieron que esperar al último capítulo para ver si la respuesta a los enigmas era religiosa o materialista. Al final, como había anunciado la hermosa «Número 6», todo respondía a «un plan de Dios», la piloto Starbuck era un ángel, las visiones del (antaño) científico ateo Gaius Baltar eran reales y las profecías se cumplían. Son series que enganchan a millones y que hablan de fe.

Jornada de oración tras ataque a Virgen de Guadalupe en California

La imagen profanada de la Virgen de Guadalupe en la Iglesia Santa Rosa de Lima en Maywood (foto: departamento de policía de Maywood)
MAYWOOD, 27 May. 10 / 12:05 pm (ACI)

Los fieles, en su mayoría inmigrantes latinos, de la parroquia Santa Rosa de Lima en la localidad de Maywood, California, realizarán este viernes una jornada de oración y desagravio tras la profanación del templo en el que vándalos acuchillaron una imagen de la Virgen de Guadalupe y revolvieron todo a su paso, en lo que ha sido calificado por la policía local como un "crimen de odio".

El Párroco P. David Velásquez, señaló que "aún no sabemos si restauraremos la imagen de la Virgen que fue apuñalada en varias partes del cuerpo y el rostro. O si recompondremos el Cristo que fue puesto de cabeza y quemado antes de romperlo a golpes"

"Lo más seguro es que los dejaremos tal y como han quedado, como un recordatorio del ataque sufrido y como muestra de que todos somos el cuerpo de Cristo y que, por más que nos ataquen o nos odien, no vamos a ceder en nuestra misión de defensa de nuestra fe y de nuestra comunidad", dijo luego el sacerdote inmigrante que llegó hace más de 15 años a Estados Unidos desde Monterrey, México.

El presbítero dijo también que "hasta ahora no sabemos cuál es el móvil de este ataque de odio. No conocemos los motivos de estas personas. A lo mejor quisieron protagonizar un ritual satánico. A lo mejor quisieron dejarnos un mensaje. A lo mejor lo único que querían era ofendernos en lo más sagrado para nosotros".

Acostumbrado a lidiar con la violencia, en especial desde 2006 cuando Maywood fue declarada "ciudad santuario" para inmigrantes indocumentados, el P. Velásquez señala que "a mí me han baleado. Me han roto los cristales de las ventanas de la rectoría. Me han quitado la licencia. Me han amenazado".

Según medios mexicanos, la Iglesia en esta localidad tiene muchos enemigos desde que decidió tomar un papel activo en defensa de una comunidad inmigrante que "se había convertido en presa fácil de una policía corrupta, que les hostigaba y quitaba sus vehículos por no tener documentos, y que ha sido objeto de constantes campañas de odio y racismo".