martes, 5 de agosto de 2008

Las Tres Ave María


Ganarse que la Reina del Cielo Madre de Dios nos visite a la hora de nuestra muerte con el rezo de tres avemarías


LA VIRGEN PROMETIÓ A SANTA MATILDE Y A OTROS SANTOS QUE QUIEN REZARA DIARIAMENTE TRES AVEMARÍAS, TENDRÍA SU AUXILIO DURANTE LA VIDA Y SU ESPECIAL ASISTENCIA A LA HORA DE LA MUERTE, PRESENTÁNDOSE A ESA PERSONA EN SU HORA FINAL CON EL BRILLO DE UNA BELLEZA TAL QUE EL SOLO VERLA LO CONSOLARÍA Y LE COMUNICARÍA LAS ALEGRÍAS DEL CIELO..


MODO DE PRACTICAR TODOS LOS DIAS, REZAR ASI:

“Maria Madre Mía; Líbrame De Caer En Pecado Mortal”


Por El Poder Que Te Concedió El Padre Eterno.


1.-) ¡AVEMARIA! …Por La Sabiduría Que Te Concedió El Hijo.

2.-) ¡AVEMARIA! …Por El Amor Que Te Concedió El Espíritu Santo.

3.-) ¡AVEMARIA! … Finalizamos con un ¡GLORIA PATRI!… (Gloria Al Padre Y Al Hijo Y Al Espíritu Santo Como Era En Un Principio Ahora Y Siempre Por Los Siglos De Los Siglos Amen.)


La siguiente Jaculatoria fue indulgenciada por San Pío X, y la recomendó rezar junto con esta devoción: ¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma!



Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén..

ORACION A SAN JUAN DIEGO


ORACIÓN A SAN JUAN DIEGO



¡Dichoso Juan Diego, hombre fiel y verdadero! Te encomendamos a nuestros hermanos y hermanas laicos, para que, sintiéndose llamados a la santidad, impregnen todos los ámbitos de la vida social con el espíritu evangélico. Bendice a las familias, fortalece a los esposos en su matrimonio, apoya los desvelos de los padres por educar cristianamente a sus hijos.

Mira propicio el dolor de los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, de cuantos padecen pobreza, soledad, marginación o ignorancia. Que todos, gobernantes y súbditos, actúen siempre según las exigencias de la justicia y el respeto de la dignidad de cada hombre, para que así se consolide la paz.

¡Amado Juan Diego, «el águila que habla»! Enséñanos el camino que lleva a la Virgen Morena del Tepeyac, para que Ella nos reciba en lo íntimo de su corazón, pues Ella es la Madre amorosa y compasiva que nos guía hasta el verdadero Dios. Amén.


S.S. Juan Pablo II
Oración pronunciada en la Ceremonia de
Canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin
31 de julio del Año del Señor 2002